1902 es mucho más que un año, es la historia de una tradición familiar de churreros avezados en el arte del chocolate que comenzó su andadura en el corazón de Madrid. El chocolate que la primera generación elaboraba en la calle Ave María, se acompañaba siempre de exquisitos y reputados churros artesanos. El secreto de la fórmula del éxito pasó de padres a hijos como el mayor tesoro de la familia. Su chocolate de autor alcanza la excelencia con la quinta generación, maridando a la perfección con sus icónicos churros, que conservan la esencia de antaño. Esta sabrosa joya gastronómica elaborada a base de cacao se produce a día de hoy en su propia fábrica madrileña, provista de un molino de piedra de principios del s. XX, rescatado y restaurado para conseguir la misma textura y sabor que el chocolate de la época, tan exquisito como auténtico: el Chocolate con churros de Madrid."